La estructura se basa en una arquitectura modular que divide la gestión reputacional en tres grandes bloques: evaluación continua de la percepción, generación de contenidos estratégicos basados en datos y generación y automatización de contenido basado en una respuesta estratégica. Además incluye un módulo SOS de emergencia de respuesta rápida ante crisis. Esta división permite que cada empresa, independientemente de su tamaño o sector, active únicamente los módulos que realmente necesita y el contenido propio de cada uno de ellos, manteniendo la simplicidad operativa. La interfaz es visual, clara y fácilmente configurable según el contexto empresarial. La propia estructura del sistema aprende del uso que la empresa hace de ella: detecta patrones, prioriza funciones utilizadas y ajusta la experiencia para mejorar la eficacia del análisis y la toma de decisiones. Con el tiempo, el modelo se vuelve más preciso, más útil y más afinado a las necesidades concretas de cada organización. Así, se convierte en una herramienta viva, que evoluciona con quien la utiliza.